sábado, 4 de agosto de 2012

La metáfora del juego en David Fincher: Zodiac (2007)


Así como en The Game y en Fight Club, en esta controladamente cruel y sinuosa ilustración del misterio de uno de los serial killers más infames de América, Fincher muestra dos posibilidades: Nicholas o Conrad Van Orton, Tyler o el narrador anónimo, el pederasta o el cartelista cinematográfico. Dos posibles asesinos, pero también --como ocurría en las cintas anteriores-- dos opciones, no exactamente morales, sino de acción emotiva por parte del espectador, que de esta manera tiene que decidir de qué lado está su empatía o condena: si repudia a Conrad o entiende sus ambiguos sentimientos hacia su frío hermano, si tiene fuerzas para oponer alguna lógica burguesa al magnetismo de Tyler y así proteger su ego de espectador/cómplice, si la respuesta a la inconclusa investigación de unos horrendos crímenes debe ser dictada por su angustia virtual o su frustración intelectual --Zodiac no es un film de David Lynch.

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